lunes, 11 de mayo de 2015

Operación Bikini: dieta o faja?

Este va a ser un breve post, bueno, en realidad, más que un post, es una reflexión personal.

Aunque las campañas publicitarias de las marcas, se empeñan en mostrar mujeres ideales, con cuerpos esculturales y ni un solo gramo de grasa, yo no me siento identificada, ja ja ja, lo cierto es que en nada me parezco a esas super modelos. Ojo, no lo critico, ellos tienen que vender y esa imagen vende, y mucho.
 

Ya hace un tiempo que por el contrario, existen otras campañas que muestran, lo que ellos llaman "mujeres reales", modelos guapísimas pero con talla grande y muy voluptuosas.
Tan malo me parece lo uno como lo otro, ningún extremo es lo correcto.
 

Lo siento, pero yo tampoco me identifico con ellas; no hay un punto medio?

Parece que la talla 40 no existe, quiero decir que pasas de medir 1,80 y tener una 36 a medir 1,75 y tener la 48, eso para mi tampoco son mujeres reales. Entendamonos, que las hay, desde luego, pero por lo menos, no son la mayoría. Yo creo que soy bastante standar, mido 1,65 y tengo una talla 40, así que, dónde me ubico yo?

Desde luego no estoy en mi peso ideal, me veo un poco más rellena de que lo que me gustaría, pero tampoco necesito una talla especial.
Y veo que mi grupo de amigas les pasa lo mismo que a mi, no encajan en estos nuevos cánones de belleza, hay de todo: las hay esculturales, mujeronas que son un tipazo, otras más bajitas, algunas más rellenas, algunas voluptuosas y otras delgadísimas porque son así, eso son mujeres reales, y no veo por qué tenemos que pasar de elegir un modelito super sexy a una faja.
 
Estamos en Mayo, ya hemos pasado el gris y gélido invierno, pero llega esta época del año en la que hay que empezar a destaparse, manga corta, tirantes, piernas al aire sin medias, sandalias... y sí, ese temido momento en el que tienes que ponerte el bañador o bikini.
 
 
 
Horror!!!
 
Creo que me he confiado demasiado a lo largo de este pasado invierno y aunque yo no he hibernado, he engordado como si tuviera que hacerlo. Y ahora qué?

Ahora ya es tarde, bueno; pero no es demasiado tarde, digo yo, así que pondré manos a la obra para no verme el primer día de playa como si llevase el flotador puesto.
Nunca he sido de hacer dietas, la verdad, aunque si soy sincera, tampoco lo necesitaba, 2-3 kilillos arriba o abajo no me afectaban en exceso, pero cumplidos mis 34 y habiendo sido madre, la cosa cambia.

Ahora, esos kilillos extra no se van con tanta facilidad y las zonas abdomen-muslos-trasero son mucho más complicadas de endurecer, qué digo endurecer, de mantener a raya!
Así que este es mi resumen: no quiero hacer dieta y no tengo ánimos de hacer ejercicio; mal vamos.
Ante el tema de la dieta, creo que he encontrado la receta milagrosa para mi:
 
1- Seguramente el más importante, dejar de comerme los restos de comida que se deja mi hijo. Parece una tontería, pero muchos pocos hacen un mucho, y eso se va reflejando y aposentando en mi anatomía.
 
2- Reducir (que no dejar) las bebidas con gas, ya que para mí, poder sobrellevar estas restricciones de comida tienen que ser sin prohibiciones, basta que me prohíban algo para querer comer o beber eso en exclusiva. En mi caso es la Coca-Cola, que por muy zero y descafeinada que la compre, no deja de hincharme como un globo aerostático.   
 
 
3- Como si no tuviese suficiente con mis comidas, 4 o 5 al día, me dedico a picar entre horas, y para nada son tentempiés sanos. Por ejemplo, hoy como verdura y una carne a la plancha, que está muy bien, y a la media hora de haber comido lo arruino con chocolates, gominolas y cochinadas varias. Así que el paso 3 es eliminar (y esto si que por completo) todos esos caprichos calóricos, sin medias tintas, ya que dada mi fuerza de voluntad, si me concedo una porción de chocolate acabaré comiéndome la tableta.
 
 
Respecto al ejercicio, he dejado de correr, no tengo tiempo, y cuando lo tengo, lo que me faltan son ganas. Así que he decidido ir caminando a todas partes.
Con esta premisa renuncio a uno de mis mayores vicios; los tacones, pero algo hay que hacer, así que ese será mi sacrificio.
 
 
No se si esto será suficiente para conseguir mi objetivo, pero desde luego me niego a someterme a una dieta milagrosa y matarme en un gimnasio, yo soy como soy, y no tengo ningún complejo por ponerme una faja para mejorar mi silueta con un vestido, no me entendáis mal, pero tampoco voy a ser nunca una top model, y creo que vivir y disfrutar de por ejemplo, unas cañas y unas tapas no van a convertirme en una talla especial.
 
Cada día que pasa y me hago más mayor, tengo menos complejos, yo soy como soy, y por mucha marca de moda que me lo diga, no me van a hacer elegir entre vivir a dieta o ponerme una faja, no os parece?